¿Es Podemos la venganza de Zapatero?

En el sentido de que Podemos tiene raices en el 15m, claro. Y que el 15m no fue disuelto por el gobierno de Zapatero.

Durante el gobierno de Clinton una visita oficial a Atenas fue recibida, como era de esperar, con agitación popular. Al preguntarle al presidente USA cual era su opinión sobre las manifestaciones en la calle, éste contestó algo asi como «Si el pueblo que inventó la democracia no pudiera manifestarse, seria preocupante». Muy para salir del paso, pero por un lado no las desautorizaba y por otro obligaba a las televisiones a mostrar imagenes de los manifestantes. Las televisiones descubrieron -ya lo sabian, pero normalmente no tenian excusa para mostrarlas- que esas imagenes subian audiencia, y les dieron cancha. Ademas, tenian que mostrarlas para -otra excusa conveniente- contrarrestar los canales de noticias alternativos en la internet, la entonces fresca y naciente IndyMedia. Asi comenzó, con una declaración en Atenas, la racha del movimiento antiglobalización.

Esperemos que algun dia, si no tienen otro ataque de amnesia, los politicos de aquel 2011 puedan explicar en algun sitio por qué pasaron a pensar que ese movimiento debia ser tolerado. Si fue impotencia disimulada o autentico espiritu democratico, si fue un «si no es de Dios, se disolvera solo», o si fue que pensaban que de esta manera le dejaban una patata caliente a los que estaban por venir, esto es, al Partido Popular, aun a costa de arriesgar la quema de sus propio partido. O quizas no esperaban tal quema, creyendo los argumentos que siempre da Taibo, de que cualquier movimiento reformista solo sirve a la larga para crear los nuevos lideres de la socialdemocracia, y deduciendo erroneamente que esos lideres que se crearian serian a la larga los del PSOE del 2016.

El #15m estaba dentro de una nueva racha global, la que va de las primaveras arabes a los #occupy; de hecho fue pivotal para sacar la corriente del ambito exclusivamente arabe. Esta optica internacional, combinado con el enorme apoyo local -recordemos la gente trayendo comida para los acampados, hasta el peligro de convertir en centros de poder a los cómites de cocina- obligaba a no reprimirlo. Quizas la imposibilidad obligaba tambien a, en vez de reconocer la impotencia de tu gobierno, autoconvencerse de que en realidad no querias desalojarlo.

Pero no obligaba a darle cancha hasta el punto de que television española retransmitiera en directo -permanentemente en su canal de internet- las asambleas de la plaza del Sol, como si de sesion de control del congreso se tratara. En las televisiones privadas sí se puede entender desde la perspectiva, como ocurrió en Seattle, de la batalla por la audiencia. Pero siempre que tengas una autorización implicita del poder.

El incendio en la calle era incluso conveniente para amenazar a la derecha si un proceso constituyente estaba llegando en serio, y en los meses previos al #15m lo parecia. Los grupos de empresarios habian estado circulando entre ellos documentos como el manifiesto «Everis» de noviembre del 2010, que pedian aprovechar la oportunidad de la crisis y la renovacion monarquica para hacer una limpieza interna. Hay que reconocer que el sistema de corrupcion que se estaba implantando molestaba hasta al empresario tradicional, que espera ser parte del poder y no tener que estar maniobrando toma y daca con los distintos poderes, y la corrupción a muchos niveles lleva a esto segundo; llega un momento que no sabes cual es el precio real de un negocio. Querian una «segunda transicion» que clarificara las reglas de juego. Del suyo, claro.

A toro pasado a todos les parecia pues correcto dar cancha al 15m: a la prensa por su generacion de noticias de alta audiencia, a los grupos empresariales como una pieza más de sus manifiestos de regeneracion, y a los grupos dirigentes de la socialdemocracia para dotarse de peso dentro de ese proceso de renovacion. La creación de nuevos partidos politicos entraba en todo caso como partidillos que acabarian integrandose, partidos o lideres, en IU o en el PSOE antes de las siguientes generales. De momento, lo que esta ocurriendo es lo inesperado: que el nuevo «partidillo» no tiene ninguna necesidad de integrarse y simplemente va ganando expectativa de voto mientras los demas saltan de crisis en crisis.  En el PSOE más de una vez estos meses habran pensado con el lema pepero, «Esta es la herencia que nos deja ZP».


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